Quizás alguno de vosotros haya notado algo distinto en la lista de blogs que sigo, ya que desde hace una semana aparece uno que no está relacionado con el deporte: es el
blog de gastronomía de mi hermana Susana, ilustre doctora y profesora universitaria de Psicología de profesión, y gran cocinera de vocación (de ello puedo dar digna fe por haber saboreado en numerosas ocasiones sus sabrosas recetas). De sobras es conocido la importancia de la alimentación en el rendimiento deportivo, pero voy a explicaros además las muchas semejanzas entre la cocina y el deporte.


El primer paso para elaborar un apetitoso plato debe de ser contar con ingredientes de buena calidad. Existen dentro de cada tipo de alimento distintas categorías, según tamaño, textura, sabor... Las variedades más exquisitas son las conocidas como
delicatessen. Para la práctica deportiva el principal ingrediente es nuestro propio cuerpo, cada uno cuenta con unas cualidades de edad, altura, peso, sexo, condición física, fuerza, velocidad, resistencia, flexibilidad... Los elegidos por la diosa Fortuna nacen con condiciones genéticas privilegiadas, si las aprovechan bien serán los deportistas profesionales. Para el resto, nuestro consuelo es que nuestro "ingrediente" va mejorando poco a poco cada vez que lo "cocinamos".


Cada alimento precisa de su propio tiempo: las frutas o verduras deben ser recolectadas en su punto justo de maduración, y los años de crianza de los animales también son muy importantes. Además, el tiempo de cocción, de fricción o de horneado correcto variará según cada uno. La variable tiempo también es fundamental en el deporte: por un lado en nuestra edad para saber qué es lo que está a nuestro alcance y lo que nos podemos exigir, y por otro lado el ser capaces de encajar dentro de nuestras obligaciones profesionales y las circunstancias personales de cada uno el hueco necesario y suficiente para poder realizar los entrenamientos que tengamos planeados.


A la hora de elegir los alimentos, también nos condiciona mucho la época del año en la que nos encontremos, pues habrá alimentos que sólo podamos conseguir en su temporada. También es importante la temperatura de los alimentos antes de cocinarlos, así como la del plato cuando se cocina y cuando se sirve en la mesa. En el deporte tenemos unos que sólo se practican en verano, otros en invierno, y según el momento de la temporada en el que nos encontremos nuestro estado de forma y nuestros objetivos variarán.

Una vez que tengamos los ingredientes precisos, deberemos de contar con una receta que los combine y manipule de la forma precisa para obtener el plato que deseamos conseguir. Dentro del deporte, cada vez toman más importancia los planes de entrenamiento bien estructurados y con las cargas de esfuerzo distribuidas y ajustadas convenientemente, con el fin de que nuestro cuerpo mejore sin "quemarse" ni "quedarse crudo".

Para poder llevar a cabo la receta que tengamos planeada, también influye mucho que tengamos a nuestra disposición una cocina bien equipada, con todos los utensilios que sean necesarios en cada paso que tengamos que realizar. Según el deporte que practiquemos, necesitaremos de una equipación y unos materiales distintos. De la calidad de éstos dependerá en parte el resultado que consigamos, pero no olvidemos nunca que lo primordial es contar con un buen ingrediente, eso no lo sustituye la tecnología ni el dinero (bueno, a veces sí con el dopping, pero no es precisamente lo más recomendable para nuestra salud, que en definitiva es de lo que se trata).


Si el plato que vamos a elaborar es un guiso, será muy importante el caldo que englobe y aglutine al resto de los ingredientes, es la clave para que sea un plato apetitoso. Al hacer deporte, nuestro "caldo" será nuestra motivación, ganas, ilusión, fuerza de voluntad... que serán los que consigan que encadenemos de forma correcta los diferentes tipos de entrenamientos, cada uno con su intensidad, tipología y objetivo buscado, y rematemos luego la faena presentando sobre la mesa un
buen resultado en las competiciones.


En cambio, cuando preparamos un segundo plato de carne o pescado, será muy conveniente acompañarlo de una guarnición o de una salsa que lo acompañe de forma adecuada, dándole a dicho plato un acabado más completo. En nuestro caso, el equivalente es la compañía del resto de competidores, los miembros del club al que se pertenezca, los compañeros de entrenamiento, la buena gente que se conoce dentro de este mundillo...


Además de contar con buenos ingredientes, todo buen plato que se precie va siempre aderezado con toques de sabores más intensos que por contraste consiguen que disfrutemos más de su sabor. Para ello contamos con la sal, el ajo, la cebolla, la pimienta, las distintas especias... Ésas son las anécdotas que nos proporcione cada entrenamiento o competición, las sensaciones vividas, la satisfacción de cumplir nuestros objetivos o el sinsabor de habernos quedado más cerca o más lejos de ello...


Finalmente, la comida debe ir bien acompañada de vino, zumo, agua, pan... ¡y para los golosos como yo no puede faltar un delicioso postre! La vida de un deportista a veces es muy sacrificada, hay que privarse a veces de horas de sueño, o prescindir de cosas que nos gustan como salidas nocturnas, eventos sociales, más tiempo de descanso... Así que después de un entrenamiento duro o de una competición importante, para que no nos hartemos y acabemos dejando el deporte de lado es muy recomendable concederse pequeños caprichos: para algunos será comer o beber algo que le guste aunque esté un poco reñido con las dietas, para otros una noche de juerga, o desconectar mediante un viaje, un spa, una tarde de sofá con película...

Me imagino que a alguno se le habrá abierto el apetito con la temática de esta entrada, sobre todo si la lee justo antes de la hora de comer, así que antes de que os pongáis manos a la obra en la cocina o de que os sentéis a la mesa a disfrutar de un rico menú, no olvidéis que del mismo modo que nuestro cuerpo rendirá mejor y se sentirá más sano si lo alimentamos con buenos alimentos, nuestra mente estará más plena y sentiremos una mayor felicidad si la alimentamos con buenos pensamientos, con la satisfacción de vivir positivamente y con la alegría de disfrutar de cada momento de nuestra vida.