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miércoles, 27 de abril de 2011

TAN LEJOS, TAN CERCA...


Me imagino que la mayoría de vosotros, si no todos, habréis visto alguna vez esas figuras que, según cómo las mires, aparece una imagen u otra, o bien se forman ilusiones ópticas en las que se ven cosas que no son reales. Dos de los ejemplos más habituales os los muestro a ambos lados de este párrafo: a la izquierda el clásico dibujo en el que se puede ver  la cara de una vieja o el perfil de una joven, y a la derecha las dos típicas rectas que miden igual aunque la de abajo parezca más larga.



Con las cosas que nos pasan en nuestra vida sucede lo mismo, las interpretamos de forma muy distinta según el punto de vista desde el que lo veamos. Cuando te pasa algo que te parece malo, si con el tiempo ves que, como consecuencia de ese suceso, te pasa otra cosa que es mucho mejor,  gracias a la segunda ves la primera como algo positivo porque te condujo hasta la segunda. Pasa por ejemplo con un despido tras el cual encuentras un trabajo mejor, o si tras la ruptura  con una pareja conflictiva se empieza otra relación más placentera.


Por este motivo, las sensaciones que tenemos haciendo deporte son muchas veces contrapuestas. Todos al acabar una prueba podemos estar contentos al llegar a meta cuando miramos a los que van llegando detrás nuestra, pero también frustrados al observar a los que han llegado antes y ya se encuentran descansando y recuperándose. También podemos sentir satisfacción por la mejora en nuestras marcas o el progreso en las distancias, pero a la vez compararnos con los que van más rápido o hacen pruebas más largas y sentirnos por debajo de ellos.



Y aunque está bien fijarse en los otros para tener referencias, no debemos de olvidar que cada uno somos un mundo aparte. Partimos de una situación inicial parecida pero no idéntica, pues genéticamente hay quienes están mejor preparados para el deporte. Cada uno contará con su propio entorno y situación familiar, económica, geográfica... que le facilitará más o menos poder acceder a un deporte u otro, si la familia y los amigos son deportistas, será más fácil que se tienda a practicarlo, y así una larga lista de condicionantes (trabajo, pareja, hijos...)



Por otro lado, a poco que busquemos, siempre encontraremos a alguien más fuerte, más rápido, más alto, más rico o más guapo que nosotros. Si nos obsesionamos con superar a los demás, resulta que son tantos que lo más normal es que aparezca alguno que nos supere. Ser el número uno está al alcance de muy pocos, es un objetivo muy ambicioso pero bastante utópico. Así que, a no ser que queramos frustrarnos, la referencia mejor y más válida debemos ser nosotros mismos, e ir comparando nuestros progresos a lo largo del tiempo.



Esto no significa que sea una solución ideal ni perfecta. El primer problema con el que nos encontramos cuando nos tomamos como referencia es la subjetividad que implica, al tener que ser juez y parte a la vez. Nuestro optimismo o benevolencia nos harán ser indulgentes, pero si por el contrario tendemos a ser exigentes y severos seremos más propensos a evaluarnos de forma negativa. Otra dificultad añadida es la distorsión que proporcionan nuestras propias percepciones y nuestro estado de ánimo, que influirán, mucho más de lo que nos imaginamos, en la interpretación de los resultados. 



En mi caso personal, supongo que los que lleváis tiempo leyéndome ya me habréis "calado" un poco: soy muy extremista en mis sensaciones, paso con facilidad de la euforia al pesimismo. Me veo rodeado de contrastes por doquier: miro hacia atrás en el tiempo, y aunque no han pasado ni siquiera once meses desde que empecé a competir, me ha parecido un periodo de tiempo largísimo. Veo que he tenido un avance considerable, pero también me doy cuenta de lo mucho que me falta si quiero llegar a todos los objetivos que tengo en mente para los próximos años. He mejorado en mis ritmos, si bien aún tengo mucho margen de mejora por delante para poder decir que estoy a un nivel óptimo. He aumentado las distancias que soy capaz de recorrer a nado, en bici o corriendo, y todavía me veo lejos de las que son necesarias para afrontar retos mayores.




Y ésa es la situación en la que me siento ahora, en medio de nada y de todo, un poco desorientado, sin saber si estoy lejos o si estoy cerca de hasta donde puedo llegar, unas veces optimista como para comerme el mundo y otras abrumado ante los retos con los que todos soñamos alcanzar algún día, dudando de si estarán a mi alcance pero siempre dispuesto a luchar por seguir avanzando, porque mientras se pueda subir un peldaño habrá que hacerlo, y luego ya nos plantearemos si el siguiente es posible o no. El tiempo y las circunstancias decidirán hasta dónde y hasta cuándo durará esta aventura, (esperemos que sea un límite muy lejano en ambos casos), pero mientras tanto la viviremos plenamente, para que luego no me quede la sensación de no haber aprovechado lo suficiente mis oportunidades.

domingo, 17 de abril de 2011

PASION POR EL TRIATLON, QUE NUNCA MUERA Y ASI NO TENDRA QUE RESUCITAR




Hace pocas horas acaba de concluir una nueva edición del Triatlón de Sevilla. Cuando he empezado a escribir estas líneas, antes de parar para la cena y ver una película (sí, lo confieso: ¡soy un bicho raro!, no he visto el enésimo "partido del siglo", y los que quedan...), aún se estarían desmontando las instalaciones y los triatletas venidos de más lejos quizás estaban todavía de vuelta en la carretera. Con las sensaciones vividas a flor de piel, para que esta crónica sea lo más descriptiva posible, me dispongo a narrar cómo lo he disfrutado desde mi humilde y aún poco experto punto de vista. Aprovechando que con el cambio de fecha estamos a las puertas de la Semana Santa, utilizaré para mis metáforas algunas situaciones típicas de estas fechas y varias advocaciones de las Hermandades de Sevilla. Antes de empezar, quiero hacer una aclaración: que nadie lo interprete como una burla, ofensa o irreverencia, nada más lejos de mi intención, simplemente es una forma de acercar el entendimiento de nuestro deporte a aquellos que no lo conocen tanto.


El viernes de Dolores, a modo de aperitivo, en lugar de ver alguna hermandad de vísperas acudí a recoger el dorsal y dar una vuelta por la feria del triatleta, cayeron dos números atrasados de la revista Finisher gratis, je, je. Allí pude saludar a David y a Lay, dos pedazos de triatletas a los que he podido felicitar en persona por sus proezas en el ICAN de Marbellla y en Arenales-Elche, conocer en persona a Ángel, un gran tío que está progresando a pasos de gigante, y tener una larga y buena charla con Fernando, que está pasando por su particular Calvario, pero que seguro que lo superará, saldrá de él con su increíble fuerza de voluntad.

Hoy he llegado a boxes con el tiempo un poco justo, para no hacer demasiado larga la espera hasta mi salida. Antes de entrar he podido conocer por fin a Diego, gran corredor que después de tantas carreras de Distrito sin llegar a cruzarnos hoy ya hemos tenido la ocasión. Se le notaban los nervios y la ilusión que compartía con todos los triatletas debutantes, se sentían como los nazarenos de La Borriquita en su primer Domingo de Ramos. Antes de entrar también me cruzo con Roberto, apenas hemos tenido tiempo para un saludo rápido y desearle suerte, para hoy y para Lisboa.

Ya con todo colocado, a la salida seguimos con los saludos: Lay, Oscar y Sonia, Ángel... Y también un nuevo primer encuentro con Antonio, muy animado con su debut en el Olímpico (es como pasar de La Borriquita a El Amor). De los que competían he podido ver prácticamente a todo el mundo, de los que no conozco en persona me han faltado Daniel y Leonardo. Era muy difícil con tanta gente, cada uno de un lado para otro, el equivalente a  intentar ver todas las cofradías sin estar en la Carrera Oficial. Tras ver la salida de natación de los "Hermanos Mayores" (los del triatlón Olímpico) y su salida de boxes, un pequeño descanso a la sombra, al rato veo cómo es la entrada para la carrera, voy al guardarropa, un mini calentamiento, Pilar me desea suerte, y dispuesto para salir.


De la natación no esperaba gran cosa, con salir indemne me conformaba. Aquí no se puede tener la fiesta en Paz, durante todo el rato, sobre todo hasta la primera boya, ha sido un sucedáneo de lucha libre acuática, ríete tú de las famosas carreritas de aquella maldita Madrugá. He estado más pendiente de defenderme que de llevar una técnica de nado correcta, podría haber acabado como un "Ecce Homo". Doy gracias de no tener ningún moratón y de mantener intacta mi nariz, el brazo aunque un par de veces han intentado arrancármelo, ha aguantado en su sitio. Mi única incidencia ha sido un arañazo desde el codo a la muñeca, algún tigre o tigresa (o mejor dicho, tri-gre o tri-gresa), me ha dejado un recuerdo de su compañía. Veredicto de los jueces: combate nulo a los puntos.




Salgo del agua sano y salvo, me pongo todos los avíos y para afuera con la bici. Como los detalles de semi-novato globero no pueden faltar, ni sabía cómo poner las gomillas ni he ensayado lo de subirme a la bici y meter los pies en las zapatillas en marcha. Parecía un triatleta de parvulario, al final he tenido que dejar la bici en el suelo, ponerme las zapatillas quieto y luego subirme. Menos mal que mi retraso no se ha acumulado en "Campana", ya que había suficiente espacio para que los más diligentes pudieran seguir saliendo.



El sector de ciclismo es en el que más cómodo me he sentido, ¡qué diferencia con el año pasado!. Muy bien de ritmo en las rectas, siempre atento a no chocar con nadie, a ratos cogiendo rueda, y continuamente adelantando y siendo adelantado, ha habido mucha mezcla entre las tres oleadas de Sprint, aquello parecía el Santo Entierro. Donde no estoy tampoco muy hábil es en las curvas y en las rotondas, ahí perdía mucha velocidad. Habría que verme a mí de capataz... En la segunda vuelta he sufrido otra vez con mis tradicionales gemelos agarrotados, en lugar de Las Tres Caídas han sido por lo menos cinco "subidas". A pesar de eso, estirando como buenamente he podido, con un piñón más grande y aumentando la cadencia, he conseguido mantener la velocidad media, sin contar la patética T1 y la discreta T2, por encima de los 30 Km/h, así que otro objetivo más que ha caído hoy. ¡Chapeau! Por cierto, poco antes de llegar al parque escuché un grito de ánimos de alguno de vosotros: "¡¡¡CHARLIIIIIIIIIIIIIIIIEEE!!!" No me dio tiempo a ver quién era, pero muchas gracias de todo corazón, ayuda mucho para no sentirse en Soledad.

Arranco el tramo final, la carrera a pie. Al ser mi sector favorito contaba con hacerlo bastante bien y recuperar posiciones. Craso error, nunca sabes lo que te va a deparar la carrera: un extraño dolor en el costado, no el típico flato a la altura del hígado, sino más abajo, muy cerca de la cadera, me dificulta bastante la respiración y la amplitud de la zancada. Era como si un Longinos paticorto y/o miope  me hubiera dado la Lanzada donde buenamente le había parecido. Así que, en una situación muy parecida a la del año pasado, no tengo más remedio que trotar como buenamente puedo. Conforme pasan los kilómetros, remite un poco la molestia, no me permite subir el ritmo pero al menos se hace un poco más llevadero soportarlo.

Llego por fin a meta. El tiempo, dentro de lo previsto, aproximadamente 1h 25', así que contento dentro de lo que cabe, aunque me queda la sensación de que sin la globería de la T1, sin los gemelos dando por saco en el ciclismo y sin las molestias de la carrera podría haber bajado de 1h 20'. Pero bueno, se trataba principalmente de acabarlo, de seguir cogiendo experiencia y de ir "haciendo el cuerpo" a la dureza de las pruebas combinadas, así que en el fondo estoy bastante satisfecho. He logrado acabar mi particular "estación de penitencia", y ya estoy deseando hacer otra lo antes posible, es normal que las mejoras sean progresivas, caen poco a poco, al lento y paulatino ritmo en que la cera del cirio es derretida por la llama. 


CONGRATULATIONS "URBI ET ORBE"
Tras acabar, me vuelvo a encontrar a Diego, se le ha quedado corto el Super Sprint, le ha sabido a poco. Espero que se anime y vaya haciendo alguno más largo. Saludo a Fernando de lejos, no lo he visto cuando repartía las bebidas isotónicas, y recogiendo el material conozco a otro triatleta de categoría, a Paco, no sabía que tras Elche y sus molestias en el tobillo iba a venir, pero es que los buenos de verdad están hechos de otra pasta. Con él finalizó el Rosario de fenomenales triatletas con los que me he cruzado hoy, del resto, aunque no los conozca, todos se merecen mi más sincera enhorabuena por el esfuerzo realizado y les doy las gracias por haber podido compartir con ellos hoy esta gran fiesta deportiva.


De la organización en general tengo una impresión bastante buena, a todas luces mejor que en el Duatlón, y eso que se notaba con respecto al año pasado el mayor volumen de participantes. El cambio por detrás del hotel en el recorrido ciclista ha permitido a los espectadores entrar y salir con mayor facilidad. La situación de la meta dentro del Alamillo más cerca del CAR favorece a los espectadores el llegar a meta y que haya más gente animando, el recorrido a pie ha sido menos enrevesado, y eso es de agradecer. El área de llegada más amplia, el avituallamiento bastante completo. Muchos voluntarios ayudando y animando en todas partes. Los únicos fallos que he visto: no han dejado hacer fotos de la natación desde los pantalanes vacíos, en Super Sprint me ha comentado por teléfono mi compañero Javier (¡felicidades a ti también por ser Finisher en tu primer Triatlón, y que sean muchos más!) que ha habido una fila de bicis en boxes cambiada de sitio sin avisar, con el consiguiente trastorno y pérdida de tiempo, y la puerta de al lado del guardarropa a la hora de recogida estaba cerrada, obligando a dar una vuelta innecesaria. Así que al final de esta particular y concentrada Semana Santa Triatlética, en la corrida de toros del Domingo de Resurreción, les concedo aplausos, saludos y vuelta al ruedo, espero que sigan mejorando y el año que viene poder darles una oreja... ¡la de el/la que me ha dado el arañazo!

miércoles, 13 de abril de 2011

DE VUELTA AL ORIGEN: AQUI COMENZO ESTA HISTORIA



No ha pasado ni siquiera un año, apenas 10 meses y medio debido al cambio de fecha. Han sido unos meses muy intensos, un continuo descubrimiento, a la vez que una forma de conocerme a mí mismo desde otro punto de vista.  Se me han pasado relativamente rápidos, pero a la vez los he disfrutado plenamente, y ha llegado un momento muy esperado,  ahora toca enfrentarse de nuevo con el "culpable" de que hoy esté aquí escribiendo estas líneas.








Se aparece en mi vida de nuevo el Triatlón de Sevilla. Fue el primer paso del cumplimiento de un sueño, donde el camino es más importante que la meta. Fue el primer ladrillo de una obra que no sé cuándo ni cómo acabará, pero que mientras tanto disfrutaré por ser el fruto de mi esfuerzo. Fue el comienzo de una etapa muy motivadora, la de competir en pruebas de resistencia, donde la principal lucha es contra tí mismo, donde los rivales los sientes más como amigos y compañeros de viaje, con los cuales compartes y saboreas estos momentos tan inolvidables que nos brinda la práctica de ese maravilloso invento que es el deporte.



Desde aquel día he entrenado unas veces más y otras menos, pero con clara tendencia al alza. He participado en muchas competiciones: sin contar mi aparición como "espontáneo" en los últimos kilómetros de la Maratón de Sevilla, si no me falla la cuenta me salen 26, más de 2 al mes. En todas ellas he disfrutado mucho, con independencia de que alcanzara mi objetivo o no, el hecho de atreverse a tomar la salida y de lograr acabar la prueba ya son dos pequeños triunfos. Ya he sentido en mi cuerpo el dolor de las lesiones, variadas pero ninguna grave, afortunadamente. He sabido sufrir mientras me recuperaba y aguantar la impaciencia de lanzarme a la calle antes de tiempo. Y ahora ha llegado el momento enfrentarse de nuevo a esta prueba tan especial para mí, a demostrarme cómo he cambiado desde entonces.



Ver imagen en tamaño completoEn esta ocasión la distancia en la que participaré será la intermedia, la sprint. El reto principal será el de acabarlo, a priori si no hay ningún contratiempo no debería de ser ningún problema, en el Duatlón de Sevilla ya me enfrenté con unas distancias muy parecidas en unas condiciones climatológicas más desfavorables. Mi principal duda viene por la recuperación de mis dolores varios: sobrecargas de cuádriceps (ya casi desaparecidas) y las recientes contracturas en los muslos (son pequeñas, pero la incertidumbre ante algo nuevo me hace ser prudente). Del dolor en los tendones traseros de las rodilla ya casi ni me acuerdo, afortunadamente. Mi objetivo de tiempo es algo secundario, pero creo que lo normal sería rondar entre 1h 20' y 1h 30'. Menos tiempo será difícil para mí, más sería una pequeña desilusión, pero ya rebajaría esa marca en los siguientes, no me preocupa en exceso.



Una gran diferencia respecto al año anterior será que me sentiré más integrado con el resto de participantes, al conocer a un buen puñado de ellos, o sería mejor decir de VOSOTROS. Para algunos el reto será su debut, me siento muy identificado por lo que yo viví, os deseo que lo disfrutéis por lo menos tanto como yo: mi compañero de trabajo Javi, Diego y Leonardo. Para otros el desafío consistirá en su estreno en una distancia superior, supongo que sentiréis algo parecido a como me siento ahora, con un pequeño vértigo a ese paso adelante frente a lo desconocido, subir el listón motiva pero siempre surgen pequeñas dudas. Dani y Antonio, seguro que os irá todo muy bien,  y que nos sentiremos ganadores cuando añadamos a nuestro palmarés este peldaño superior. Y para Ángel la novedad será competir un poco más lejos de su casa, pero como estarás rodeado de tantos amigos a buen seguro que no notarás la diferencia.




Los que ya sois más expertos en el mundo triatlético, veis esta prueba desde otra perspectiva, como un punto de inflexión entre un antes y un después. Un antes de vuestro objetivo principal: el half de Lisboa (Roberto), como un paso más en la preparación. Ya sabes, a disfrutar de este aperitivo para tu gran cita. O un después de haber gozado ya de ser finisher en Marbella o en Elche (Óscar, Lay, Manuel-Koala). En vuestro caso, lo haréis todavía con el buen sabor en la boca de vuestros grandes logros.





A algunos ya os conozco en persona, a muchos otros aún no, espero aprovechar la ocasión para poder saludaros y ver por fin vuestra cara en 3D, sin necesidad de gafas psicodélicas, je, je. Será una gran fiesta para todos, a los que no competís, espero veros también (Fernando, Ricardo, Emilio, etc.) Es una de las mayores satisfacciones de este cuasi año que llevo en este mundillo, el haber tenido la suerte de conocer a tanta buena gente con la que nos une nuestra afición común, y que espero podamos seguir disfrutándola juntos durante muchos más años. Será cada vez en un sitio distinto, con más o menos distancia, un tri, un du, una maratón o una media o lo que encarte, pero siempre con la ilusión y el buen rollo por bandera, demostrando que el deporte de verdad no está en los millones de euros o en las audiencias televisivas, sino en las personas sanas que aman lo que hacen y dan lo mejor de sí mismo recibiendo algo más valioso, su propia satisfacción de  luchar por sus objetivos y de cumplir con sus metas.

lunes, 11 de abril de 2011

POR SUS FRUTOS LOS CONOCEREIS


Poco a poco aprovecho cada entrada para, aparte de describiros mis competiciones y mis entrenamientos, irme dando a conocer contándoos cosas sobre mi forma de ser y mis gustos. Una de mis características es la de ser nostálgico, tener mucha tendencia a recordar las cosas buenas del pasado y echarlas de menos. Por ese motivo, hoy ha sido un día especial, la carrera que he hecho la he vivido de forma muy distinta a las anteriores.




Se trataba de un homenaje a una gran persona, el Memorial Padre Marcelino. No tuve la fortuna de conocerlo en persona, pero por lo que me cuentan los que sí tuvieron esa suerte, fue un gran hombre, un sacerdote que ha dejado una gran huella dentro de los Agustinos en Granada. Bastaba con ver la cantidad de gente implicada en organizar la carrera, con ilusión y bien coordinados, para comprobar que quien bien siembra, buena cosecha recoge.



El rato que he pasado dentro de ese colegio viendo todo lo que había allí me ha traído muchos recuerdos del que fue el mío, Portaceli en Sevilla, de las memorables fiestas del colegio que allí se organizaban y de otro gran sacerdote y  educador, el Padre Huelin, que hace pocos meses nos dejó, y de la gran labor que con tantas generaciones llevó a cabo. Su recuerdo y el de los felices años allí vividos me han tenido muy emocionado en los momentos previos a la carrera, ha sido un rato de intensa emoción, hasta he soltado alguna lágrima, y no lo digo en broma.




Ya que hoy estamos con la temática colegial, si me hubiera tocado ser el profesor podría haber repartido un montón de sobresalientes y matrículas de honor en muchas asignaturas: a la buena organización de la carrera, al buen ambiente y alegría que se respiraba por todos los patios y rincones, al esfuerzo, dedicación y entrega de todos los voluntarios... Al único que no le podría poner una buena nota sería a mí mismo. Me tendría que conformar con un bien raspado, cercano al suficiente. Y eso que, además de con mi inseparable Pilar, contaba con el apoyo de sus padres, que también bajaron a animarme.
 

UN BUEN DETALLE
¡QUÉ MÁS QUISIERA YO!
La temperatura era muy buena, con algo de calor; el recorrido urbano y con rectas largas, adecuado para una buena marca; la salida como a mí me gusta, con carteles orientativos por tiempo estimado para que no haya atascos, hasta había la gentileza de reservar el lado derecho para las mujeres, y así evitar que fueran atropelladas por el ímpetu que provoca la testosterona. Con menos masificación que en las de distritos en Sevilla (no llegábamos a 700 en categoría absoluta), me atrevo a situarme cerca de los primeros puestos, con lo cual vuelvo a repetir errores pasados: embalarme más de la cuenta en los primeros Km. (entre 4' 15" y 4' 25"). Cuando en el kilómetro 4 empiezan a  aparecer las cuestas arribas, no las supero tan bien como esperaba: otra vez noto las piernas agarrotadas, con pequeñas contracturas en los muslos.

Voy aguantando como puedo el ritmo, hasta el 6 mantengo la media a 4' 30", pero a partir de ahí me he desfondado, los últimos los hice a cerca de 4' 50". La media final me salió a 4' 39", mejor que en Macarena y Amate, pero peor que en Nervión y en Triana. Como atenuante sólo ha habido una semana desde la última carrera, y no descansé ni el viernes (bici) ni el sábado (natación). De todas formas, la carrera me ha dejado muy buen sabor de boca por el gran ambiente vivido, el retroceso en la marca no le he dado gran importancia, con más descanso y más cabeza lo hubiera hecho mejor, pero hoy lo importante era disfrutar.

Dicen que las personas no mueren del todo mientras duran sus recuerdos entre nosotros. Sin duda los dos grandes hombres que hoy he mencionado vivirán aún por mucho tiempo en nuestra memoria y en las buenas obras que realicemos siguiendo sus enseñanzas. Me gustaría que aquí en Sevilla existiera una iniciativa similar, no necesariamente en forma de carrera pero sí alrededor del colegio y del deporte, que mantuviera viva la llama del recuerdo del que fue nuestro gran capitán. Desde aquí lanzo la idea y ofrezco mi grano de arena para que algún día ese sueño se cumpla, ojalá sirva para el reencuentro de muchos de los que fuimos parte de su tripulación. 

domingo, 3 de abril de 2011

EN PRIMAVERA FOMENTANDO LA CANTERA




NOTA DEL AUTOR - ACLARACIÓN: El título de esta entrada no guarda relación con la crónica de la carrera, sino con el montaje fotográfico de arriba, fruto de mis ocurrencias para tener entretenida a mi sobrina María mientras Pilar preparaba la cena.




Y dicho ésto, pasemos a la narración propiamente dicha, aunque sea de una forma un poco menos inspirado que de costumbre, porque hoy estoy como el día, tirando a gris mustio, y no ha sido por el resultado de la carrera, sino porque a veces nos toca, sobre todo cuando el clima no acompaña y la mente también se nubla.






Pues nada, volvemos a la rutina de cada dos domingos, que ésto ya me recuerda al Día de la Marmota: a levantarse temprano, desayuno rapidito, me pongo el "mono" de trabajo, y tirando para el Parque de Los Príncipes, a llegar con tiempo para aparcar y calentar un poco. Por el camino me encuentro a Manuel, me paro y me ofrezco a llevarlo, pero como un campeón que es decide seguir corriendo hasta la salida. Es que se le queda corta la carrera al amigo... Una vez allí, apenas unos breves estiramientos, charla con Manuel, encuentro con mis compañeros de trabajo Javier y Diego y nos situamos en la salida, un poco más retrasados de la cuenta.






Al Caletero le da suerte la presencia de su padre, su "talismán", y está visto que a mí me la da contar con Diego de liebre: si ya en Montequinto, la Nocturna y Gerena, aun  corriendo por separado, mis resultados fueron bastante buenos, y en La Cartuja estuvo todo el rato tirando de mí, y fue una gran ayuda para hacer mi MMP en media maratón, en esta ocasión también ha sido un buen acicate para seguir mejorando en este tipo de carreras.


A pesar de tardar 37 segundos en pasar bajo el arco de salida, el "metro cero" de la carrera, y de hacer el primer kilómetro en 4' 40" por la densidad de tráfico de corredores, en el resto hemos cogido un buen ritmo, siempre entre 4' 20" y 4' 30", y eso que los kilómetros estaban medidos "a ojo", aún no sé cuál es la distancia que hemos corrido. Para que os hagáis una idea, según la web del IMD la distancia era de 10.497 metros, sin embargo la meta estaba poco después del kilómetro 9 (pongamos 9,5 Km.), y a un corredor que iba con GPS y le he preguntado le ha salido 9,9 Km., pero con nubes, ¿es fiable esa medición? Je ne sais pas (que se note un poco lo de Sin Fronteras, ¿no?)




En la primera mitad de la carrera fui yo en cabeza tirando, Diego vio que me marcaba bien el ritmo y simplemente me seguía (y me hacía de cronómetro, que el mío ha decidido prejubilarse aunque se quede sin pensión ni ná de ná). Entre el 5 y el 6 nos alcanzó Fernando, charlamos un rato aunque era cuesta arriba. Esta vez no cometí la imprudencia de seguirle cuando tiró para adelante, pero la conversación me hizo perder un poco de fuelle, y a partir de ahí fue Diego el que se puso delante y yo detrás "haciendo la goma".



Conseguimos alcanzar la meta juntos, el fue capaz de esprintar, yo iba justito y sólo me dio tiempo a saludar a Pilar, que últimamente no me fichaba en la llegada. La velocidad media fue muy buena, según la distancia oficial a 4' 17"/Km. (qué mas quisiera yo, poco creíble para mí), si quitamos los metros de más y los segundos perdidos en la salida me sale a 4' 29"/Km. (sobre 9,9 Km.). Me quedo con esta última. En definitiva, los masajes de descarga, los estiramientos diarios de cuádriceps y el entrenamiento cruzado incluyendo elíptica y estática en el gimnasio están dando sus frutos, he alcanzado el objetivo propuesto (aunque no figurase en la lista de la izquierda) cuando aún me quedan dos balas en la recámara (la semana que viene en Granada y en Mayo en la de Distrito Sur)



Por lo tanto, satisfecho y a seguir por este camino. Después de la carrera de Granada vendrá otra gran cita, el Triatlón de Sevilla, y tras él aprovecharé Semana Santa y Feria para entrenar más a fondo aún, que el verano promete y hay que llegar bien preparado. Desde aquí aprovecho para darle las gracias a Diego "again" (ya te debo dos, tres contando con las mallas del Duatlón), y sobre todo para dedicarle este pequeño éxito personal a Emilio, un gran luchador frente a la adversidad del que tengo mucho que aprender (para empezar quejándome menos y esforzándome más), desde aquí desearte una pronta recuperación y que sigas con el ánimo alto, que ya sabes que muchos entrenamos y competimos llevándote en la mente y en el corazón. Todos deseamos tenerte pronto de nuevo pasándotelo bien a nuestra manera: duchado en sudor, resoplando sin fuelle y con el corazón saliéndote por la boca.