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martes, 27 de septiembre de 2011

EFEMERIDES DE UNA SEMILLA QUE TARDO DEMASIADO EN GERMINAR





Ayer se cumplieron 15 años de la que ha sido sin lugar a dudas una de las experiencias más fuertes que hasta ahora he vivido, y que de alguna manera, para bien o para mal, me ha marcado en muchos aspectos en mi personalidad y en mi forma de plantearme las cosas. Con tan sólo 22 años (¡qué jovencito era por aquel entonces!) completé en solitario en 22 días los 737 kilómetros del Camino de Santiago desde Roncesvalles. Las pocas fotos originales que subiré las hice con cámaras de un sólo uso, y como las digitales ni siquiera sabíamos que existiesen, las que aquí os mostraré será a base de "refotos" (foto digital a la foto), así que espero que comprendáis la mala calidad técnica de las mismas.




De cómo acabé embarcado en esa aventura ya algo os he contado alguna vez: de mis años de infancia y adolescencia en Montañeros de Santa María y de juventud en Scouts tenía mucha afición por el senderismo y por viajar. Ya desde chico tenía  la inquietud de probar a hacer el camino, compartiré con vosotros cómo lo escribí en el diario que hice en el Camino (mi primer blog, pero en papel y tinta, je, je):  "...en una de aquellas inolvidables charlas del Padre Huelin... ...nos habló del Camino de Santiago... ...nos fascinó con la historia de los peregrinos que viajaban siguiendo a las estrellas... ...un cúmulo de estrellas que nos dirigen hacia el ocaso, hacia el lugar donde, parece ser, descansa el apóstol Santiago y en donde por mucho tiempo se creyó que acababa el mundo".



Cuando visité la preciosa e inigualable ciudad de Santiago de Compostela, ya no necesité más incentivos: me faltó tiempo para poner manos a la obra, comenzar a documentarme y a leer libros y artículos para aumentar aún más si cabe mi motivación. Por entonces no había Internet, pero había muchas guías en papel porque desde el año Xacobeo del 93 el Camino se había puesto en auge. Aunque la idea inicial era haberlo hecho en Agosto, un inoportuno suspenso y su consiguiente examen en Septiembre (¡menos mal que fue el día 2!) me obligó a retrasarlo para dicho mes. A posteriori me alegré del cambio: menos calor y menos masificación.




Lo de pasarme de rosca  en las salidas me viene de lejos: tanto en el peso de la mochila (¡más de 10 kilos!) como en la distancia de la primera etapa (de Roncesvalles a Pamplona, 43 Km.) Ir tan rápido no me permite disfrutar el paisaje de los bonitos pueblos pirenaicos navarros. Paquete de 2 kilos en Correos para casa (no fue el último, hubo tres más durante los siguientes días), que la rodilla izquierda ya empieza a fastidiarme. La chispa inicial me dura hasta Logroño: llego en 4 días, 137 Km. Pero las molestias en ambas rodillas y un amago de tendinitis en el pie derecho me hacen aflojar el ritmo los siguientes días.




Otro inconveniente del elevado ritmo es que no terminas de cuajar con ningún grupo de peregrinos: vas alcanzando a uno, y al día siguiente los dejas atrás. Lo  de pasar muchas  horas y kilómetros en soledad tiene la ventaja de que tú mismo te marcas tu ritmo y horarios, además de darte mucho tiempo para reflexionar de lo divino y de lo humano. Pero te pierdes uno de los aspectos más bonitos del camino: la convivencia. La gente está muy receptiva, todo es más sincero y natural, aquí no existen las "caretas" de ciudad.





 Sin embargo, el leve frenazo y su buen ritmo me permitieron coincidir bastantes días con Abel, de Leganés, a los que luego se unieron su novia Noelia y su amigo Fiz. Con ellos compartí bastantes días en la zona intermedia del camino, dejamos atrás la siempre verde navarra (Puente la Reina, Estella...) y los valles riojanos (Nájera, Santo Domingo...) para adentrarnos en la larga y monótona pero no menos bella meseta castellana. Muy pocos peregrinos en esa zona y pueblos y ciudades cargados de monumentos e historia: San Juán de Ortega, Burgos, Frómista... Son días donde abundan más los veintipico kilómetros que pasar de treinta. A pesar del cansancio acumulado, el cuerpo se acostumbra a todo, y el milagroso Fastum Gel permite recuperar los músculos muy bien de un día para otro.


Con el paso de los días las molestias remiten y el tiempo apremia: tengo los días muy justos para llegar a Santiago, estar allí 2 ó 3 días de visita y volver a Sevilla para las clases. A mitad de camino, en Sahagún, me veo obligado a tomar la decisión de separarme de Abel, Noelia y Fiz, y continuar para adelante más rápido. Ya no volví a coincidir con ellos hasta Santiago, llegaron el día que yo me fui. Otra etapa maratoniana para llegar a León con 50 Km. en un día, otro par de días de veintipocos kilómetros y prepararme para el arreón final.  


La etapa más bonita para mi gusto fue desde Astorga hasta El Acebo, con mucha naturaleza y montaña por el camino (El Rabanal, Foncebadón...). Tras pasar rápidamente por Molinaseca y Ponferrada llego a Villafranca del Bierzo, singular albergue-invernadero regentado por alguien más singular todavía, el Jato. Desde allí ya "huele" a Galicia: la alcanzo tras subir O Cebreiro en plan cronoescalada por miedo a la lluvia. En estos días finales ya no bajo de treinta kilómetros, paso sin pararme a visitar por Portomarín, Sarria, Arzúa... incluso el día antes de llegar me da la neura y trato de llegar del tirón, al final hice 54 kilómetros (Ligonde-Arca de Pino).


Para la última etapa de sólo 19 kilómetros quise hacer algo especial que me dejara un recuerdo profundo: aprovechando que estaba el cielo despejado y que había luna llena, me levanto a las dos de la madrugada. No necesito despertador, llevo todos los días despertándome temprano como si tuviera la mente programada, me acosté con la idea de despertarme a esa hora y así lo hice. Más cansado que nunca, dolorido pero con una fuerza de voluntad interior como sólo en esos días he sentido (ahora cuando compito se acerca bastante, pero no llega a tanto), camino de noche buscando las flechas amarillas, voy a un ritmo muy lento y cada poco rato me tengo que parar a descansar apoyado sobre el bastón. Cuando paso el Monte do Gozo aún de noche y vislumbro las luces de la ciudad, me dejo caer cuesta abajo para llegar más con la inercia que con mis propias piernas.


Vuelvo  aquí a transcribiros las líneas de mi diario, escritas con mucho sentimiento  a los pocos minutos de haber vivido el momento: "...cuando estaba llegando, caía una fina lluvia, y con las gafas empañadas, apenas podía reconocer las calles por mis recuerdos del año pasado. Poco antes de llegar al arco, y a Azabacherías, más gotas enturbiaron mis ojos: eran las lágrimas de la emoción, apenas contenida al final. Al llegar a la Plaza del Obradoiro, me acerqué al centro, me arrodillé, besé la concha del suelo, y permanecí allí varios minutos llorando".






No quiero extenderme mucho (bueno, en realidad ya lo he hecho) en lo que allí viví, sentí y aprendí. Una de las enseñanzas que saqué es que nuestra fuerza de voluntad nos puede hacer llegar mucho más lejos de lo que nos imaginamos, y hacernos conseguir cosas que nos parecen imposibles. Si me hubiera aplicado el cuento para el deporte mucho antes, mi historial en pruebas completadas y las marcas que hubiera conseguido a esa edad las llevaría ahora conmigo. Pero por aquel entonces el correr sin una pelota de por medio no llamaba mi atención, nadar era un ejercicio que se me daba muy mal y la bici un recuerdo arrinconado de la infancia. Aunque haya sido tantos años después, ahora vuelvo a sentir que la motivación me está llevando a explorar mis límites, y aún no sé donde se encuentran... ¡Ultreia!

28 comentarios:

Jose Mª Mariscal dijo...

Emocionante relato.
He sido Scouts desde los 9 años y siempre he tenido la ilusión de hacer el camino.

Anibal Trail Run 73 dijo...

Que bueno Charlie, muy pocos se atreverian a salir de casa con 22 añitos en solitario para tal aventura, tuviste que disfrutar y sufrir a la vez para recordarlo como si fuese ayer. Por cierto me suena eso de explorar mis limites.
Donde esta el limite? Josef Ajram.
Saludos compi.

Charlie dijo...

Para Jose Mª: los que hemos vivido esas experiencias de pequeños nos dejan bastante huella, y no mala precisamente. El Camino se lo recomiendo a todo el mundo, y más a los que nos gustan los deportes de resistencia. Anímate, nunca es tarde si la dicha es buena.

Un abrazo y hasta pronto.

Charlie dijo...

Para Anibal: entonces era bastante "echao p'alante" (ahora también pero un poco menos). Ya había hecho algún viaje en solitario, pero ninguno de tantos días.

A mis amigos unos por fechas no les cuadraba (no eran tan buenos estudiantes, je, je) y a otros no les interesaba o les parecía mucha tela. Y yo no quería perder esa oportunidad, no me arrepiento para nada.

Hacerlo en grupo también tiene que estar muy bien, pero te resta un poco de libertad, y a lo mejor te abres menos a conocer a otra gente. Todas las opciones son igual de válidas.

Tengo muchas ganas de leer algun libro de Josef Ajram y también de Killian Jornet, me parece alucinante lo que son capaces de hacer.

Un abrazo y hasta la próxima.

Abuelo Runner dijo...

Charlie se lo que sentiste cuando llegaste a Santiago, sobre todo cuando te pusiste delante de la Catedral... yo también he vivido ese momento y no se puede explicar con palabras hay que estar hay.. es una sensación de paz interior, que yo personalmente no pudo explicar.
Yo he realizado el camino tres veces y una desde Astum (Francia), por la frontera de Somport... hasta Finisterre hay es nada.. la costa de la morte.

Miguel dijo...

A los que hemos empezado a correr ya mayores, siempre nos pesan esos años "perdidos" y lo que hubieramos dado de sí, nos queda disfrutar del presente y el futuro. A ti siempre te quedará ese buen recuerdo de esta aventura y se ve que tuvo que marcarte.

Charlie dijo...

Para Maier: en el Camino se conocen sitios muy bonitos, se conoce a gente muy maravillosa, pero lo más importante: TE CONOCES A TI MISMO.

Como tú muy bien dices, hay que vivirlo, es difícil de contar. Me gustaría hacerlo más veces, pero con el trabajo es muy difícil tener un mes seguido para hacerlo bien. Tendré que dejarlo para cuando sea millonario o me jubile, más bien lo segundo, je, je.

Un abrazo y hasta pronto.

Jose Prieto dijo...

Con esas edades Charlie tenemos otra mentalidad, somos mas aventureros, con el paso del tiempo nos amoldamos a la vida laboral, familiar etc.. que nos coarta un poco ese otro yo aventurero que tenemos. A mi a la vejez viruelas me está saliendo y me encomiendo a probar cosas nuevas, de todas formas nunca es tarde si la dicha es buena muchos nos hemos dado cuenta que hay algo mas que una pelota y esto es deporte del bueno donde se une y se conocen buena gente.
Saludos

Charlie dijo...

Para Miguel: tienes mucha razón, de nada vale lamentarse. A lo mejor de joven no nos hubiese gustado al intentarlo y lu hubiéramos dejado pronto, en cambio ahora lo estamos disfrutando plenamente.

El recuerdo de aquella experiencia es muy bueno e imborrable, cuando echo la vista atrás me veo en esos días y trato que quede en mí algo de lo mucho bueno que viví.

Un abrazo y hastra la próxima.

Charlie dijo...

Para Jose: es verdad que los años te cambian, pero aún me queda algo de espíritu aventurero. Sigo haciendo proyectos y planes, algunos saldrán adelante. Siempre hay que tener ganas de hacer cosas nuevas, la vida se vive una única vez y hay que aprovecharla al máximo.

El deporte siempre ha estado presente en mi vida, ahora de forma más intensa que antes y espero que nunca me abandone.

Un abrazo y hasta pronto.

Diego dijo...

Charlie, me ha gustado tu relato. Yo solo he hecho el camino desde Astorga y fue una maravilla, pero cuando más tarde estuve en Roncesvalles me emocioné casi tanto como cuando llegué a Santiago. Comparto totalmente la idea que subyace en todo lo que escribes: ¡Si queremos podemos! Un saludo.

Charlie dijo...

Para Diego: es una maravilla con indepencencia de la distancia y el recorrido que se elija, por lo que e vive y por el destino final. ¿Te acuerdas el día que entrenamos en Los Toruños el que se paró con el coche, que había hecho varias veces el Camino y quería aprender a estirar con nosotros? Seguro que repetiré, no se cuándo ni qué distancia, pero es algo que haré tarde o temprano.

Con voluntad y decisión podemos conseguir muchas más cosas de las que creemos, todo es proponérselo. Espero que éso no se me olvide nunca.

Un abrazo y hasta la próxima.

Isabel dijo...

Que experiencia tan bonita y llena de sentimiento. Me ha encantado leerte Charlie. Además tan joven ¡22 años! Estoy de acuerdo en que la fuerza de voluntad es el motor más poderoso para hacernos avanzar.

Charlie dijo...

Para Danae: la vida no es ni más ni menos que las experiencias que vivimos. Una vida rutinaria desde mi punto de vista es una vida vacía, hay que darle contenido y sazonarla.

Con esa edad se es más atrevido e impulsivo, tanto para lo bueno como para lo malo. Nunca debemos de abandonar las ganas de enfrentarnos a nuevos retos, con ilusión nunca nos quedaremos sin gasolina.

Un abrazo y hasta pronto.

Selu dijo...

A lo mejor en un futuro te conviertes en una especie de Paulo Coelho triatleta y escribes textos sobre el aspecto místico de nuestro deporte. Por el Camino de Saantiago empezó el artista éste, y creo que ya ha ganado unos pocos de euros con sus publicaciones..... Por cierto, yo me he leido al menos 5 de sus libros....

Javier dijo...

Muy bonita historia Charlie. Menudos etapones que te preparaste. Como bien dices, una lastima haber perdido tiempo detras de un balon, pero lo más importante en este deporte es tu motivación, mas que fisico esto es algo mental.
La mayor satisfaccion no es tal y cual marca, sino el haber conseguido los objetivos que te vayas marcando. Es un lujo esto de competir con uno mismo, la cosa es muy real, no se le puede echar la culpa a nadie de nada.
Imposible imaginarse a Mourinho corriendo un maraton.
Lo que quiero decir es que aunque ha pasado mucho tiempo, no es tarde para disfrutar a tope de este deporte, ni nunca lo será.
Ultreia!

Caxaira dijo...

Impresionante relato Charlie,tuvo que ser toda una aventura y más en ese plan. Yo estoy loco por hacer el camino de Santiago desde donde tú lo hicistes,en bici...corriendo...o como sea. He estado en Santiago pero en plan turista y aún hoy sigo rememorando mi paso por allí con autentica fascinación y añoranza. Cuando quieras planeamos algo!!!! Ahí lo dejo.

Charlie dijo...

Para Selu: se me da más o menos bien escribir, pero al arte que tú tienes y al estilo y profundidad de Paulo Coelho creo que no llego.

La conexión entre dos asuntos a priori tan distintos como las reflexión mental y los deportes de resistencia es mucho mayor de lo que parece, como bien apuntan los que han sentido momentos de "flow" o similares.

Aunque parezca mentira, de Paulo coelho no me he leído ningún libro, en mi época más reflexiva me dió más por Anthony de Melo.

Un abrazo y hasta la próxima, si te pasas por el Titán por allí nos veremos.

Charlie dijo...

Para Javier: por supuesto que sí, siempre se está a tiempo de disfrutar a tope, y cumplir tus objetivos y superarse a uno mismo siempre es posible, de un modo u otro. Pero los "que hubiera pasado si..." siempre nos acompañan, no sólo dudamos de nuestro presente y de nuestro futuro, sino de cómo serían éstos con un pasado distinto.

Un abrazo y hasta pronto... ¡et Suseia!

Charlie dijo...

Para Manu: me gusta compartir mis experiencias, sirve para conocernos un poco mejor. Santiago es una ciudad que engancha y mucho, pero la sensación de llegar después de tantos días de esfuerzo, con el cansancio acumulado y arrastrando molestias de todo tipo, es inenarrable.

Me encantaría hacerlo de nuevo, el problema es que dos semanas seguidas sólo puedo tener en Agosto, demasiada calor y demasiada gente. Una semana suelta en el resto de meses da para hacerlo poco a poco o para el tramo final, pero al menos me quitaría el mono. Cuestión de planteárnoslo, "recojo el guante" ;-D

Un abrazo y hasta la próxima.

Barroso dijo...

Charlie que calladito te lo tenias , ole tus cojones , yo es una asignatura pendiente que tambien tengo , joder me doy cuenta que me quedan tela de cosas por hacer ,jajaja saludos maquina bonita portada

Charlie dijo...

Para Barroso: fue una bonita experiencia que me caló hondo. Es algo que siempre se está a tiempo de hacer, te lo puedes plantear para tus próximas vacaciones.

Un abrazo y hasta pronto.

Rafael dijo...

Muy bonita historia Charlie,eso sirve para siempre ya.Yo estuve este verano y coincidi en el 800 aniversario de la consagración de la Catedral,no hice el camino pero es una maravila de Catedral y la ciudad no esta nada mal.Lo pase muy bien pero sin llegar con tanto kilometro en los pies,yo llegue en coche.
Un abrazo.

Charlie dijo...

Para Rafa: tanto la ciudad como la catedral son muy especiales. Yo la primera vez también me encantó la ciudad, pero cuando al año siguiente llegué de peregrino la disfrutas de otra manera, tiene un sabor distinto.

Un abrazo y hasta la próxima.

Angel dijo...

Enhorabuena, otra historia para conocerte un poco mejor. Yo a ver si lo hago un año, pero cada vez es mas dificil, jejeje. Y ya he estado en santiago, una pasada de ciudad, pero es cierto que me gustaria llegar de otra manera.

Un abrazo charlie

Charlie dijo...

Para Angel: nuestras historias son las que conforman nuestra vida. No creo que nadie que haya visitado Santiago haya podido decir que no le guste, es una ciudad increible. Cuando se llega como peregrino, se disfruta más todavía.

Ahora con tu futura paternidad lo vas a tener un poco más complicado, pero ya tendrás una ocasión más adelante para hacer el Camino.

Un abrazo y hasta pronto.

Antonio Morales dijo...

Tuvo que ser una experiencia alucinante en todos los aspectos, tal como cuentas. Es verdad que ahora se echa de menos ese tiempo que antes teníamos para afrontar retos de ese tipo...lo que yo digo, la vida está hecha al revés...jeje
Está claro que tenías el gen aventurero y "medio majara" de runner.

Charlie dijo...

Para Antonio: ese tipo de experiencias, por mucho que se cuenten, hay que vivirlas. ¡Ya te digo que echo de menos esa época! Más tiempo libre, menos preocupaciones, todo el rato con los amigos...

El gen lo llevo desde pequeño. Como la energía, ni se crea ni se destruye, sino que se transforma y va mutando.

Un abrazo y hasta la próxima, a lo mejor dentro de un rato...