¡ENTRENA, CHARLIE, ENTRENA! |
PAQUETE RODEADO DE CRACKS - 3ª EDICION |
Marzo fue un mes muy flojo, sólo cumplí a medias con la natación, se me echaba encima el ICAN 62 y sabía que no lo estaba preparando a conciencia. Así que cuando cambiaron el recorrido y dieron la opción de darse de baja aproveché que la ocasión la pintan calva y pedí que me devolvieran la inscripción. Por cierto, que dijeron que tardarían unos 15 días, y ya va para mes y medio y aún estoy esperando. ¿Quién tardará más, ellos o Hacienda en la devolución de la Renta? Se admiten apuestas. En Abril recuperé un poco la carrera a pie aunque fuese sin grandes alardes, pero la última semana me volví a dejar ir. Destacar el entreno de nado en La Barrosa organizado por Óscar el Viernes Santo, fui en el coche con Ricardo. Nos juntamos una buena peña, pero el ritmo que llevaban se me quedó muy grande, cuando los perdí de vista me di la vuelta al no tener ni siquiera boyas como referencia.
Llega Mayo y mi reencuentro con las competiciones. Comencé el 6 de Mayo con el I Triatlón de Cádiz, donde pensé que podía hacer un papel aceptable por lo recto y llano de su circuito de bici. Me dejé tentar por la cena de la pasta la noche del sábado, ¡fue buffet libre!, así que el domingo me presenté en la línea de salida con "cuerpo de boya", como pudieron comprobar Óscar, Selu, Lay, David... Hice una natación decente, aunque recibiendo mucha leña. La transición por la larga cuesta arriba desde la playa hasta los boxes fue bastante dura, pero así motiva más. En la bici salí con ganas, auqnue luego me faltaba la chispa que tenía en Diciembre y Enero, no conseguía coger grupos ni queriendo, y la vuelta con el viento en contra se me atragantó, aun así llegué a boxes en buenas condiciones. La carrera a pie fue digna dentro de lo que cabe: remonté algo, vi a muchos corredores parados estirando o cojeando, demasiados para ser un triatlon sprint, pero quedé como de costumbre en el furgón de cola, más o menos como en Chiclana en Septiembre.
La siguiente competición fue el domingo siguiente, en la Carrera Popular de Triana-Los Remedios. Si hubiera sido a finales de Abril, cuando más fino estaba corriendo, me hubiera salido mejor. Pero entre la recaída en los pocos entrenos y la ola de calor que hizo por la bolsa de aire subsahariano, sólo me duró el fuelle de ir a 4'15" el kilómetro hasta la mitad de carrera, donde una larga cuesta arriba, suave pero de casi dos kilómetros, me sacó de punto por completo. La segunda mitad fui renqueando y alcancé la meta tocado y a punto de hundimiento. Mejoré unos segundos con respecto el año pasado por salir más adelantado y coger mucho menos tráfico en el primer kilómetro, pero las sensaciones no fueron del todo buenas, y eso que ha sido mi mejor clasificación en una carrera hasta ahora. Destacar que a pesar de cobrar este año la participación no ha bajado demasiado (un 25% aproximadamente), y que además de reencontrarme con mi amigo Javi vi por allí a otros amigos como Miguel (del futbito), Rafa (del colegio...)...
Y llegó la prueba principal del mes, donde sabía que pagaría los platos rotos de mis entrenamientos irregulares, sobre todo en la bici: el XVI Triatlón de Sevilla, donde estaba inscrito en la modalidad olímpica, mi primero oficial tras el pirata de Rota el año pasado. Esta vez decidí recoger el dorsal el mismo sábado, llegando muy justo para depositar el material y comer con tiempo para hacer la digestión. Muchos saludos en la feria con el personal de Credus: mi fisio Manu, Lorena, Nieves, Merchán... Y también con Lay, que estaba echando un cable en el stand de Bikila. Luego en los boxes vi a menos gente conocida que el año pasado, pero sí que me encontré con Oscar, David, Diego, Rosalía...
Tuvimos suerte de que se hubiera ido la ola de calor, y en su lugar hiciera un viento de poniente que refrescaba, aunque cuando se salía del agua de entrenar era muy desagradable. Como el año pasado me agobié mucho en la salida con la falta de sitio dentro del agua para poder flotar, este año me lo tomé con mucha tranquilidad, entrando desde la cámara de llamada de los últimos. Con tanta tranquilidad, que cuando dieron el pistoletazo aún estaba encima del pantalán, así que la natación tuve que hacerla remontado desde atrás.
En la primera recta recibí más palos que un burro flojo, pero me estuvo bien empleado por relajarme en exceso y no salir en condiciones. Tras las dos primeras boyas, con el atasco habitual, tuve dos incidencias muy chocantes: si ya el año pasado tuve el zarpazo de un trigre/trigresa, esta vez un avispado usó mi pecho como si estuviese en la piscina para apoyar los pies y propulsarse. ¡Vivir para ver! La otra fue que en la segunda recta una mujer que nadaba a mi lado dio su brazada tan abierta que me hundió la cabeza cuando iba a respirar. Tras tragar la "rica" y "sabrosa" agua del rio, "gentilmente" aparté su brazo de encima de mi cuello. El resto de la primera vuelta fue más normal, vi que la mayoría se abría hacia la orilla para coger menos corriente, yo preferí seguir por en medio con menos tráfico. La subida al pantalán fue incómoda y en mi opinión innecesaria, ya en el calentamiento me doblé un dedo entre dos tablas. En la segunda vuelta, también con más espacio, nadé muy a gusto. Salgo del agua lo más rápido que puedo, hago una transición lo más rápido que puedo y a la calle con mi olvidada bici a cumplir el expediente.
Me bajo de la bici de los últimos, confiando en remontar un poco como de costumbre en la carrera a pie. Pero Sevilla es una ciudad con solera y muy guardiana de sus tradiciones, y como no hay dos sin tres, por tercer año consecutivo corrí el último tramo con flato, pero con la "pequeña" diferencia de que esta vez la distancia a recorrer era el doble que el año pasado y el cuádruple de hace dos. Así que con el modo ralentí fui dando las vueltas al parque, saludando a los pocos que aún nos animaban a los últimos (entre ellos mi paciente Pilar), incluso me adelantaron antes de llegar a meta los primeros del sprint. Quedé peor clasificado que nunca, pero me consuelo viendo que a pesar de entrenar poco fui capaz de acabar la prueba, tirando de casta y de las rentas de los entrenos invernales. La organización y el avituallamiento final fueron muy buenos, a excepción del peligroso circuito de bici, esperemos que consigan del Ayuntamiento el permiso necesario para cambiarlo.
Tras dos pequeñas decepciones y un fiasco en toda regla, he rellenado el depósito de corajina y ya la semana pasada he empezado a entrenar como es debido. Estoy apuntado el 16 de Junio al Olímpico de Málaga para tomarme la revancha, y como si no tengo un reto en condiciones no me decido a entrenar en condiciones, me he liado la manta a la cabeza y me he apuntado al primer medio Iron Man de Sevilla y de mi vida: el I Trisur de Sevilla. Ésa será mi zanahoria para tirar para adelante, poco a poco voy volviendo a la normalidad, si es que se puede considerar normal lo que hacemos nosotros... Lo importante es que a partir de ahora voy a pensar más en disfrutar de las competiciones y en dar gracias por tener salud, tiempo y forma física suficiente para poder hacer estas pequeñas locuras que en tardar más o menos tiempo o quedar en la clasificación más arriba o más abajo, con más ánimo y menos presión espero divertirme más y agobiarme menos.